Comme l’eau,
comme le gaz, comme
le courant électrique
viennent de loin
dans nos demeures répondre
à nos besoins moyennant
un effort quasi nul, ainsi
serons-nous alimentés
d’images visuelles
ou auditives, naissant
et s’évanouissant au
moindre test, presque
à un signe. (P. Valéry, 1929)
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Existe ya un aparato teórico que intenta dar cuenta de cómo hoy en día nos comunicamos y de cómo para ello, utilizamos códigos diferentes que se entremezclan y en los que se apoyan nuestros mensajes para que nuestros receptores interpreten correctamente nuestros comunicados No es el lugar este para presentar de modo exhaustivo las teorías sobre los textos multimodales y el impacto que están teniendo en nuestra comunicación (Kress, G., Van Leeuwen, T. 2001) más aún no podemos permitirnos el lujo de comentar cómo este cambio de nuestro modo de comunicar está entrando en las aulas, planteando nuevos retos para alumnos y profesores e impulsando un rápido ajuste de nuestra práctica docente para con las nuevas competencias, entre ellas, la ‘interpretativa’ que nuestros estudiantes deben aprender de manera conjunta con la lengua extranjera.
En este breve artículo quisiera centrarme en los beneficios de cultivar en el aula de ELE una enseñanza que se apoye en materiales que estimulen los sentidos, en particular, las imágenes, sean estas dibujos, fotografías, fotogramas de película, folletos publicitarios, campañas de concienciación, infografías o cómic, no hay un límite claro a lo que vamos a considerar como lenguaje visual y en consecuencia, lenguaje.
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